Tú tienes el poder de decidir si quedarte o no al lado de algo o alguien que no te hace feliz. Ese poder está en ti, por más difícil que sea, respétate, sí, respétate lo suficiente como para alejarte de lo que sea que ya no te sirva, lo que no te ayuda a crecer ni te hace feliz. Si tú no decides por tu propio bienestar, nadie más lo hará.
Toma las riendas de tu vida, auto evalúate como persona y analiza todo lo que interviene en tu vida. Nadie mejor que tú sabe lo que quiere, lo que siente, lo que espera y lo que anhela. Así que remueve todo aquello que ya no te esté dejando ningún beneficio. Las personas que no aporten de forma positiva a tu vida, aléjalas porque solo están para bajarte el autoestima. Las personas que son engañosas y que demuestran que no están seguros de si te quieren o no en su vida, aléjalas.
No te martirices por quien no le importa ni un poco perderte. ¿Para qué entregarlo todo por quien no mueve ni un dedo en esfuerzo por ti? Date tu lugar, demuestra tu valor, demuestra que mereces mucho más alejándote de quien no te llena, quien no satisface tus necesidades ni se preocupa por tu bienestar emocional. Tú eres tu mejor protectora, si tú misma no te respetas, si tú no te das el valor suficiente, jamás entenderás lo que significa que alguien más lo haga.
Conformarte es encadenarte a una vida de incertidumbre en la que siempre estás esperando. Estás a la espera de que esa persona cambie, a la espera de que algo especial ocurra, a la espera de que te sientas feliz y nunca sucede. Ya basta de esperar, la vida no espera, el tiempo sigue pasando y si tú te quedas, ese tiempo no lo podrás restaurar. Respétate, valórate, ámate, analízate. Aprende cuáles son tus límites y respétalos.
No te conformes con menos de lo que mereces. Está claro que algunas cosas se van dando solas, pero si en ese trayecto te sientes despreciada, detente y para esa representación absurda. No dejes que los demás te guíen, no permitas que otros controlen la dirección de tu vida. Respétate lo suficiente para alejarte de quien no te hace bien, quien no fomenta tu crecimiento personal y quien no te hace feliz.
Tú debes ser tu prioridad número uno. Siempre. Si tú no estás bien tampoco puedes hacerle bien a los demás. Si alguien no te hace sentir bien es porque no se preocupa por tu bienestar. En ese momento es que debes actuar, debes decidir por ti misma alejarte de quien no te sirve más, quien te da por sentado y no se esfuerza en lo absoluto por ti. ¡Respétate!
Si no te respetas tú, no esperes que los demás lo hagan, ni siquiera sabrás diferenciar un buen trato de uno malo porque permites lo que sea. Ya no hagas eso, establece tus límites y respétate.
Texto original: albertespinola.com © Todos los derechos reservados.