Lo sé, hay veces en las que quisieras ignorar a todo el mundo, porque se sienten con el derecho de juzgar tu manera de educar. Nadie dijo que inculcarle valores a un hijo, es fácil, al contrario, pone a prueba tu salud mental, física y emocional. Los pequeños son esponjas que absorben todo a su alrededor y es por ello que debes respirar profundo antes de perder la calma y descargar todo tu estrés sobre ellos. Tranquila, mamá, lo estás haciendo bien. Estas señales son la prueba de que tu hijo será exitoso y no debe importarte el qué dirán.
Definitivamente, una crianza respetuosa requiere autoridad y respeto, al mismo tiempo. No se trata de ser permisiva o dejar de lado tus inquietudes, ni las de tu hijo, simplemente, tienes que encontrar un equilibrio que te lleve a tener una relación sana y serena. En el momento en el que tratas a tu hijo como un ser humano, sin importar la edad que tenga, la convivencia cambia por completo.
Tu hijo merece que te pongas en sus zapatos
Es imposible que intentes darle gusto a toda la gente, hacerlo provoca que tus emociones se vean afectadas, porque siempre hay alguien que no está de acuerdo en tus métodos de crianza. Sin embargo, debes tener presente que mientras tu hijo reconozca lo que es la empatía, la validación y el consuelo, puede avanzar de una manera increíble. Eso lo vuelve más fuerte, aumenta su capacidad resiliente y está más preparado para las adversidades que la vida le ponga en el camino.
Eres una madre sanando, no escuches las críticas
Sólo tú sabes lo mucho que te ha costado avanzar a nivel interior, porque la crianza de un hijo te exige ir hasta lo más profundo de tus heridas. Has cargado durante años bloqueos de tu propia infancia, pero de todos modos estás dispuesta a desaprender para darle lo mejor a tu hijo. Estás rompiendo con la cadena, ¿Te das cuenta? Eso ya es un paso demasiado grande. Cada vez que un comentario que no pides te haga sentir mala madre, recuerda lo mucho que has superado. Es tu hijo quien va a tener la última palabra, no lo dudes.
Criar manteniendo los límites
El problema es que la vieja escuela de la crianza asume que el poner límites está vinculado con los castigos y eso es una idea muy equivocada. A medida que tu hijo crece, la relación entre tú y él, se puede fortalecer o romper por completo. Por ello, es indispensable que fortalezcas sus raíces de manera positiva.
Lo primero que te debe quedar claro es que es imposible que trates a todos los niños como si fueran la misma persona. Sus cabecitas son un mundo de curiosidades, miedos, sueños y mucha imaginación. Esto significa que no hay una receta mágica para educarlos, se trata de una dinámica a prueba y error. Aprendes tú como madre y también tu hijo. Hoy quiero decirte que lo estás haciendo excelente y esto lo comprueba:
Le permites reforzar su individualidad
Tu hijo cree en todo lo que le dices, sea malo o bueno. Hay palabras que se clavan en lo más profundo de su mente y de su corazón, por eso tienes que ser prudente y motivarlo de acuerdo a sus capacidades. No puedes esperar que un niño pequeño dé pasos agigantados, necesita ir poco a poco. Puedes comenzar con asignarle algún tipo de obligaciones, que sepa que la responsabilidad no es un juego y que es capaz de resolver problemas en su entorno. De nada sirve que hagas todo por tu hijo, si lo haces lo llenarás de inseguridades.
Ten en cuenta que detrás de un niño exitoso, está un adulto que cree en él y lo motiva todos los días. Tu hijo debe confiar en sus decisiones, enfrentarse a los conflictos y tener el coraje de negarse a hacer algo que no le agrada. Esa libertad de expresión no lo llevará a la rebeldía, al contrario, le ayudará a aprender.
Motivas la relación que tiene con el resto
Hay padres que ignoran la timidez de sus pequeños, está claro, que hay unos que son más introvertidos y no les gusta estar muy a la vista. Sin embargo, hay maneras en las que puedes motivarlos para que marquen límites y no los obliguen a hacer cosas que no quieren. Los niños necesitan romper el hielo para convivir con el resto. Al final, de todo, el ser humano es social, no dependiente, pero las actividades en conjunto son pieza clave para alcanzar el éxito y tu hijo debe estar preparado.
No le das todo lo que te pide
La gente te dirá que eres de lo peor, pero el hecho de restringir privilegios a tu hijo no te hace una mala madre. Para todo hay una edad y los hijos no están preparados para recibir todos los beneficios, necesitan ir adquiriendo la madurez poco a poco. Esto les enseña que la cosas no caen del cielo, los milagros en el juego de la vida no siempre existen. Se van a caer muchas veces, pero tienen que volver a levantarse con la misma fuerza. La clave está en la persistencia, los hijos tienen que saber que pueden cumplir los sueños que les pasan por la mente, pero sin esfuerzo no tendrán nada.
No hay más, un niño requiere autocontrol, porque no siempre va a obtener lo que quiere, en el momento que rompa la burbuja de su hogar y se enfrente a la realidad, se dará cuenta de que algunas veces va a perder o tener que renunciar a algo, por más que quiera lo contrario. Lidiar con el estrés y la frustración es una gran lección.
Perder como los grandes
La vida es así, no se trata de arruinarle la infancia a tu pequeño, pero sería muy irresponsable de tu parte pintarle un mundo color de rosa. Pues en el camino se encontrará con desilusiones y tiene que estar preparado para lidiar con ello. Lo estás haciendo bien, porque a pesar de que no siempre gana, lo motivas a seguir intentándolo y eso es lo importante. Se vale que tu hijo reconozca la derrota y que viva cada una de las emociones que se le presentan. No hay nada positivo o negativo, simplemente, le ayuda a romper con lo que ya conoce y eso lo vuelve más atento ante los problemas.
Le ayudas a mejorar sus habilidades
Definitivamente, no todo se trata de los genes, hay niños que nacen con talento, pero otros lo desarrollan en el camino y los dos son muy válidos. Si a tu hijo le gusta realizar alguna actividad en particular, no dudes en darle lo mejor para que adquiera las herramientas que necesita. No se trata de obligarlo a nada, la clave está en pulir lo que él ya tiene. Recuerda que entre más posibilidades le ofrezcas, más oportunidades tiene de alcanzar el éxito.
Quizás tu hijo sea muy bueno para los números, entonces, buscarle algún curso para mejorar sus dotes es muy beneficioso. Desde luego, las actividades recreativas también lo son, porque evitan que tu hijo pase mucho tiempo en los aparatos tecnológicos. Es decir, sugerir que cante, baile, pinte o cualquier otra actividad similar, le ayuda tanto a nivel cognitivo como emocional.
¡Lo estás haciendo bien!
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