La gente suele hablar sobre el enamoramiento, esa manera en la que llega a tu vida y te impregna cada rincón del alma. De pronto, estás ahí, luchando contra tu locura y el paso del tiempo, porque quisieras que se detuviera, para estar con esa persona y perderte en cada uno de sus poros. Sin embargo, está el otro lado de la moneda, en el que tu corazón se rompe inesperadamente y el cuento que imaginaste ya no tiene sentido. Lo peor, es que te obligas a seguir, como si quedarte a su lado fuera suficiente para volver a encender la llama. Duele mucho despedirte de un amor, pero hay señales que gritan cuando una mujer ha dejado de amar a un hombre. Por más que intentes disimular, se te nota.
La paciencia, la comprensión, la aceptación, se acabó. Ya no te interesa que el cariño perdure, lo que quieres es un respiro. Han sido tantas malas rachas que ya te volviste inmune. Al principio cuando tenían una discusión y las cosas se ponían tensas entre ustedes, te sentías agobiada, no encontrabas la manera para solucionar las cosas, pero ahora ya no. Esa versión tuya que se esforzaba una y otra vez, desapareció.
Se le cayó la capa del encanto frente a ti
Es curioso, porque él sigue siendo la misma persona, sus cualidades están intactas, pero sus defectos también y ahora sólo te enfocas en lo malo. Ya no le encuentras esas pequeñas peculiaridades que te volvían loca en un principio. Es más, su físico pasó a segundo término, se te ha ido saliendo de la mente, el cuerpo y el corazón. Lo que antes te encantaba ahora te aburre, no te llama la atención, porque te has ido desenamorando todos los días. Lo malo es que ya nada más quedan unas cuantas gotas de ese amor.
¿Hablar?, ¿Para qué? Ahora, tu red de apoyo se volvió tu escape principal, ya no quieres decirle nada a tu pareja, porque tienes a tus amistades apoyándote y siguiendo tus pasos. Sin embargo, con ese hombre se siente la tensión, no te interesa decirle cuando te pasa algo bueno o malo. Al contrario, te incomoda que se meta en tu vida. Estás levantado un enorme muro entre los dos y eso te hace sentir bien, porque estás dejando de amarlo.
Antes eran tú y él, pero ahora tu mirada se ha vuelto más liberal, no es que seas infiel, pero ya no te cierras a las posibilidades, te gusta apreciar el atractivo de nuevos prospectos y te sientes bien con los coqueteos. Por supuesto, eso no quiere decir que vayas a aplicar eso de que un clavo saca a otro clavo, simplemente, el abanico de amores se empieza a abrir.
Los planes se acabaron
Quién diría, de pronto tu mente se ha vuelto más selectiva a la hora de imaginar escenas a futuro. Te ves como una mujer independiente, cumpliendo sus sueños, haciendo lo que le encanta y estando con la persona que ama. Lo extraño, es que esa pareja ya no tiene cara, al menos, ya no es el hombre con el que estás. No te interesa incluirlo en tus pensamientos, victorias, viajes, ya no está.
Estar con él se ha vuelto como besar a un fantasma de vez en cuando. En lugar de que se dé la atracción entre los dos, huyes. A veces, es porque te duele la cabeza, otras porque te sientes cansada, estresada, el hecho es que siempre tienes el pretexto ideal para evadir sus peticiones. La chispa se apagó y tú te sientes cómoda con eso. La pregunta es, ¿Por qué seguir a su lado? Dejó de ser tu prioridad, dejó de ser el hombre que te atrae, ya ni siquiera sientes bonito cuando te besa en la frente.
No pasa nada si no funciona
Tranquila, sé que no es fácil pasar de página, que la costumbre es dura y que aceptar que tu relación ya no tiene solución, te hace sentir muy triste y desesperada al mismo tiempo. Quisieras que se tratara de una pesadilla, pero es momento de que asimiles la realidad. Ni él ni tú merecen estar con alguien que les resta más de lo que les da. Comunicar sus sentimientos es la única manera en la que van a poder llegar a la conclusión, si terminar o continuar es lo mejor.
Terminar no es sinónimo de tener sentimientos negativos por la otra persona. Esto no es un drama, las relaciones también pueden concluir de una manera bonita. La gente cambia, puede que al principio se hayan amado con locura, pero después su manera de pensar y de vivir tomó rumbos distintos, está bien. También cuando aprecias demasiado a la otra persona, puedes dejarla ir desde el amor.
Si sientes que lo suyo está cada vez más marchito, entonces háblalo, a veces es un sentimiento mutuo que se mantiene en silencio, por miedo a lastimar al otro, pero quizás él también esté pasando por lo mismo. El amor es así, no puedes forzarlo, rara vez decides de quién enamorarte y a quién amar, pero al final ese es el sentido de la vida. Por eso, no te quedes mucho tiempo en donde ya no puedas amar.
¡Sigue andando! La vida es bonita, si te tratas bonito, sólo escucha a tu intuición, ella es la que te va a colocar en el sitio indicado.
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