Tienes permitido ser humano, tienes permitido equivocarte, tienes permitido volver a empezar y aprender la lección. Fingir ser perfecto te hace alejar a las personas, delegar a otros la culpa de tus actos, te hace indeseable. Lo que de verdad te hace ser una persona confiable y que otros puedan valorarte de corazón es tener humildad, es ser auténtico y honesto, aceptar los errores, reconocerlos y aprender de ellos.
Fingir es mucho más difícil que ser genuino, así que toma en cuenta eso cuando quieras aparentar algo que no eres. Pretender ser perfecto te estresa, te genera tensión y termina afectándote física y emocionalmente. Te invito a que decidas ser auténtico, a ver cada tropiezo como una lección que debes aprender, a ser profundamente honesto para convertirte en alguien confiable, en alguien que las demás personas respeten y valoren.
Para reflejar que eres esa persona honorable lo primero que siempre debes demostrar es honestidad. Ser sincero sobre ti mismo, sobre tus palabras y acciones. Mantenerte abierto y atento y no aparentar para justificar tus errores. Además, no puedes ser hipócrita con las personas, ni siquiera para agradar o ser compasivo. Eres quien eres y no tienes por qué cambiarlo, puedes evitar hacer daño a los demás con palabras demasiado honestas, eso está bien, pero no porque creas que socialmente debes hacerlo.
No tienes nada que probar a nadie. Tienes altos valores morales cuando muestras respeto ante las opiniones y decisiones de los demás, no eres quien para juzgar y lo sabes, así que señalar es un acto horrible. Sobre todo porque tú eres un ser humano muy propenso a equivocarse una y otra vez. Juzgar a otros por quien fue o por cómo decide vivir es de verdad, muy feo.
Otra señal de que eres genuino y real es que no dejas que nada ni nadie te opaque, ni siquiera las circunstancias duras de la vida. Que si estás cansado, haces una pausa para tomar un respiro y luego continuar con más determinación con tu propósito. Que seas alguien que sabe lo que quiere y que no se deja influenciar por las opiniones de otros para hacer lo que ellos quieran.
La vida es muy corta y lo sabes, y como alguien que quiere disfrutar plenamente de todo ese tiempo sabes que nada te llena más que ser tú mismo, que luchar por lo que quieres y no dejar de probar oportunidades. Te identificas como alguien auténtico al ser transparente, al expresar tus emociones sin temor al qué dirán, a no guardar sentimientos negativos en tu corazón porque sabes que con el tiempo te dañan.
Así que, finalmente, vives apegado a tus propias normas y límites. Tú decides siempre pensando en tu bienestar sin tener que dañar a los demás, piensas en hacer lo más acertado para mantener tu felicidad y ofrecer lo mejor de ti a las personas que te importan.
Así que cuando lo arruines, solo acéptalo, aprende de esa equivocación y ve adelante con ese nuevo conocimiento.
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