Suele pasar, que muchas personas pasan viviendo pendientes de otras. Suele pasar que uno puede quedar estresado por el mero hecho de ver que hay personas que sólo hacen que ignorara los demás. Y eso no está nada bien.
Es sencillo, no lo permitas. Porque a quien realmente ignoras, es a ti mismo. Sí, cuando una persona te ignora, y tú sigues insistiendo o pensando en si contestará o dirá algo, lo único que haces es faltarte el respeto a ti mismo, al completo.
Está bien observar que a veces pueden haber casos o situaciones en las que una persona te puede ignorar, por alguna circunstancia que lo amerita o justifica. Pero siempre termina habiendo una explicación, una disculpa, o la empatía de aparecer cuanto antes porque sabes que la otra persona puede estar preocupada o esperando algún tipo de señal de vida o respuesta. Es decir, lo normal y con sentido común. Pero existen personas que lo hacen a propósito, o que simplemente no les importas para nada, y ahí es donde debes aprender a filtrar y prescindir de dichas personas.
Si estás en una situación en la cual te sientes identificado con estas palabras aquí escritas, es simple. Si ves que te ignora, sólo debes pasar página y ser muy educado. Bastará con un mensaje o llamada, agradeciéndole su amistad (o más bien su mala amistad, pues cada uno ofrece lo que tiene por dentro), por el tiempo que ha estado en tu vida y desearle lo mejor.
Ahí es cuando realmente no te ignoras a ti. Estabas focalizando tu energía, que vale oro, a una persona que no merecía nada más de ti.
Al cerrar ese ciclo, sencillamente te das tu lugar y puedes seguir con tu vida y no perderla con personas que no merecen ni un suspiro más de ti.
Porqué te pueden ignorar algunas personas
Existen personajes que usan esta técnica, parecida a la Ley del Hielo, en la que pretenden que les vayas detrás y sientas que son muy importantes o solicitados. Cuando suele ser lo contrario, más bien son personas vacías que buscan ser el centro de atención y que piensan que con esta actitud consiguen que los demás vivan con el interés y la incertidumbre, provocando así mayor atención y exclusividad.
A estas personas se las detecta rápidamente pues suelen hacer eso constantemente. Pueden tener, incluso, varias víctimas al mismo tiempo.
No seas una de ellas. Date cuenta de si esta persona está jugando o si de verdad vale la pena darle algún pensamiento tuyo. Porque no, en realidad, no vale la pena entrar en estos juegos de niños pequeños.
Las personas no somos estúpidas y ya eso de que pretendan que les vayas detrás, es muy anticuado. Cansa y uno ya no tiene tiempo para ir detrás de nadie, y menos a según qué edades.
No hay nada mejor que la transparencia y el buen amor y cariño. Nada mejor que la empatía y el corazón entregado a los demás.
Si tú eres una buena persona que no tiene miedo, que entrega su ser y que no juega a estos jueguitos estúpidos, ¿para qué te mantienes ahí, cómo si el mundo fuera a terminar?
No vale la pena. Date tu lugar y no dejes jamás que jueguen contigo. Tú vales mucho, no lo olvides.
Deja de ignorarte.
Autor: Albert Espinola © Todos los derechos reservados.