Quizá has estado en esa posición en la que conoces a un narcisista y has soportado todo el peso de sus terribles intenciones. Aprendes la forma en que lo logra, sabes quién es y lo que es capaz de hacer, algunas veces hasta te da miedo a pesar de tu fortaleza. Sin embargo, hay algo que sucede con estos narcisistas que tienen una especie de suerte que siempre les funciona. Después que crean todo un caos se aseguran que nadie se dé cuenta de lo que ha hecho para ir por otra víctima como si nada.
Es difícil saber que vives en un mundo que parece haber sido creado para ese tipo de tramposo y manipulador. Los narcisistas son especies de camaleones que se camuflan para aparentar ser la persona más dulce y noble y cambian de rostro a cada paso que dan. Lo peor es que la experiencia les permite mostrar cada vez una máscara más engañosa que la anterior. Son expertos relacionándose en cualquier entorno y en cualquier grupo social y convencer a todos de que es de su agrado.
Y detrás de eso está la trampa mayor. Tienen en la mira a una persona que necesitan para alimentar su ego y sacar todo tipo de ventaja de ella. Normalmente se trata de la persona que muestra más compasión, integridad y empatía. Lo hace porque un narcisista no puede permitir que en un entorno alguien sea mejor que él, así que en su mente, esa persona adorable y de gran corazón representa una amenaza que debe controlar o eliminar.
Es cuando el narcisista ataca con esa fachada que agrada a todos, y la persona empática le abre los brazos a su vida sin imaginar que se trata de un ser oscuro que va a absorber toda su energía. Poco a poco empiezan los juegos de manipulación al conocer las debilidades de su víctima. La encierra en su jaula de cautiverio. Esta es una forma de abuso que deteriora el estado emocional de las personas y puede presentarse en cualquier ámbito, una relación romántica, una amistad, una conexión laboral y hasta entre familiares. Cualquiera en la que el narcisista sienta la necesidad de neutralizar a su objetivo.
Y entonces nos preguntamos, ¿cómo es que un narcisista puede salirse con la suya y aun ser visto por los demás como una buena persona?
Los narcisistas tienen habilidades para tergiversar la forma en la que las demás personas los ven. Se amoldan a lo que cada persona le atrae para acercarse y poder lograr su cometido. Alaban a sus víctimas en público para hacerlos sentir a gusto, y poco a poco, de forma sutil inician las humillaciones y las críticas destructivas en la privacidad.
El narcisista provoca a los demás para que reaccionen emocionalmente y se vuelvan un cúmulo de emociones andantes que los haga sentir inestables, inseguros de sí mismos. De esa forma el abuso del narcisista queda encubierto y para salirse con la suya, hace que la víctima parezca el abusador.
Salen fácilmente de un viejo entorno en el que ya cumplieron su cometido y cada vez que entran a un ambiente nuevo, rápidamente etiquetan a quien será su próxima víctima o quien crea que es una amenaza para su arrogancia y su elevado ego. Esa persona etiquetada es una amenaza ya sea por su amable personalidad, su talento, su éxito, su alto nivel de competitividad o cualquier otra cualidad que resalta y que opaca al narcisista. Lo primero que hace es alabarlo por su destaque antes de caerle encima con todo el peso de su maldad.
Así es como un narcisista se sale con la suya después de abusar de la gente sin perder su fachada de buena persona. El abuso es interno, sin dejar huellas físicas, haciendo que la víctima crea que todo es su culpa. Él sale victorioso siendo admirado por los demás y al acecho para abusar de alguien más.
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