Es así, una relación es de dos, por más amor que sientas por una persona nunca será suficiente si sólo tú eres quien pone de su parte. Se trata de mitad y mitad, no te corresponde a ti dar los pasos que al otro le tocan. Lee bien, no estás para ser el segundo plato de nadie, abraza tu amor propio y déjalo callado. Sé que duele cuando no te corresponden, pero aferrarte será peor.
Un hombre que no te valora y que pone por delante su egoísmo, lo único que hará es rasgarte el alma y luego preguntarte por qué lloras. Alguien que no te pone en la lista de sus prioridades, no te merece. Amar es un proceso mutuo, de lo contrario, se trata de dependencia emocional. Crees que es la persona de tu vida, pero en realidad sólo estás cubriendo tus vacíos y ahí es cuando te puede manipular a su antojo.
No estás para ser el segundo plato de nadie, alguien que no te valora y que ignora tus necesidades afectivas, es sinónimo de drama. No va a escucharte ni aconsejarte, le da igual, lo único que quiere es usar tu compañía de vez en cuando. Sobre todo, cuando el aburrimiento toca a su puerta. Los amores fugaces también enganchan, pero rompen mucho más. Tienen la facilidad de impregnarse en tus pensamientos y en los rincones más escondidos de tu corazón para después marcharse.
La vida es eso, un montón de lecciones que nos sacuden sin previo aviso y nos ayudan a mejorar nuestras relaciones. Siempre y cuando, estés dispuesta a darle vuelta a la página, de lo contrario, se te repetirá la misma experiencia hasta que lo entiendas. Por favor, no seas la que trata especial a alguien que te da lo mejor de él un día y al otro no quiere saber nada de ti. Esas actitudes poco sanas, lo único que van a hacer es encadenar tu alma y hacerte creer que eso es amor, pero no es verdad.
A veces, es mejor estar sola que mal acompañada, porque ese tipo de migajas lejos de brindarte seguridad te enferman. Amar no es un papel, ni una etiqueta, de nada te sirve que todo se vea bonito frente al resto si en la realidad te tratan con la punta del pie. Y no, no siempre son insultos, golpes o demás. A veces, basta con la indiferencia para que la llama se apague de un momento a otro.
Ya es tiempo, abraza tu amor propio y déjalo callado. No se vale que sienta que te tiene en la palma de su mano. ¿Te das cuenta? Le estás siendo fiel a algo incierto, tú eres quien está cerrando la puerta a nuevas oportunidades, pero, ¿y él? Ya te acostumbraste a cada uno de sus defectos y a justificar sus malos tratos. Eso no es querer, eso es bajar la mirada y conformarte con algo que claramente no te mereces.
Déjalo callado, que vea que no vas a estar a su disposición cada que él truene los dedos. Que se dé cuenta de que no estás pendiente a responder sus mensajes a deshoras. Que sepa que no puede llamarte e interferir tus planes sólo porque él cancela uno suyo. Para eso mejor quédate sola, date la atención que le brindas y te darás cuenta de que tienes todo para ser feliz y para atraer a la persona indicada.
Un amor falso no va para ningún lado, sólo hará más grande la herida de la desconfianza que desde hace tiempo vienes cargando por las experiencias del pasado. Abraza tu amor propio y marca tus límites, no perdones sus justificaciones absurdas. Una persona a la que le interesas tiene tiempo de lo que sea, aunque sea de enviarte un mensaje al día. Sé que duele, no reprimas tus lágrimas, saca todo eso, pero suéltalo de una vez por todas.
Cada experiencia es única, no la llenes de desprecios ajenos. Si esa persona te lleva a forzar el lazo, es señal de que ahí no es. Te apoyo, si no quieres quedarte con rencor en tu corazón, perdona, pero no le des segundas oportunidades a quien no se las ha ganado. En ti puede habitar la bondad, pero no es justificación para que abusen. Ahora, tienes que aprender a darle tu ausencia a quien no valora tu presencia.
Te mereces un amor bonito, de esos que limpian el alma, no de los que la rasgan.
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