Antes de que digas algo quiero que sepas que ella ya se lo dijo muchas veces. Ya se vio frente al espejo y se reprochó una y otra vez dejarse llevar. Ella no se está justificando, no será la mujer que te diga que no sabe lo que sucedió, porque no fue de un momento a otro. Fue algo más que un simple encuentro. Sabe que te duele y eso le duele también, se culpa por haber llegado hasta esta situación, no entiende cómo se le salió de las manos. Su autoestima cayó tan al fondo que se olvidó de todo. Ella, es la mujer que también puede ser infiel y seguir amando a su esposo.
Está herida, triste, devastada, no está fingiendo. Lo lamenta mucho, si eres su esposo, no dudes de lo que te está diciendo. El amor que siente por ti está intacto, sé que te cuesta creerlo, que has dado mil vueltas sin poder dormir, te sientes traicionado, no entiendes cómo permitió que una infidelidad marcara su relación. Sin embargo, quiero decirte un par de palabras, no quiero justificarla, quiero que entiendas lo que sucedió.
La rutina la hundió
Dime, ¿Cuándo fue la última vez que la tomaste de la mano? La invitaste a caminar, le dijiste un piropo, la llenaste de besos. ¿Te digo algo? Has tocado más veces aquel mueble que está en la esquina de tu habitación que a ella. ¿Qué sientes al leerlo? Te duele, pero no tienes idea de lo que le causa a ella. Se sintió desprotegida, poco valorada, poco amada, poco atractiva. Los detalles se fueron apagando y por más veces que te buscaba tú la evitabas. ¿Recuerdas cuando le compraste su postre favorito? Te alejaste, te convertiste en el esposo que ve en fotografías, el que la acompaña a las reuniones, pero no dice nada. Te convertiste en el silencio compartido en el coche, la habitación, la sala, te convertiste en un fantasma.
Entonces, llegó alguien más y le pintó esa sonrisa en el rostro, esa que hace tanto tiempo no tiene contigo. Las lágrimas tomaron una pausa, porque se empezó a distraer y, aunque, te seguía extrañando, el día se hacía menos pesado con ese mensaje por la mañana, las carcajadas al atardecer y leer un ‘Qué bonita te ves en esa foto’, antes de ir a dormir. Su corazón se sintió abrigado, no por el hombre que ella ama, pero le empezaron a dar la atención que te ha pedido a gritos.
Alguien la enamoró
Sí, ella se dejó llevar, no fue atracción a primera vista, fue poco a poco, alguien entendió sus miedos y cuando menos imaginó ya lo estaba abrazando. Te ama, aunque lo dudes y el coraje te nuble la realidad. Ella está desesperada porque seas tú quien tenga la valentía de apreciarla de esa manera, pero no.
Se sentía tan insatisfecha a tu lado que se conformó con estar con alguien a quien no ama. ¿Crees que le viste la cara?, ¿Crees que no se dio cuenta de las veces que tú también la engañaste y ahora te haces el ofendido? Ella necesitaba volver a sentir que le importaba a alguien, no lo hizo por venganza. El dolor que le causaste sigue ahí, pero decidió guardarlo. Después de tanta suciedad, todavía tenía la esperanza de que lo suyo se pudiera recuperar.
Se enamoró, pero no lo ama
Y sí, tal vez pienses que está enamorada, porque volvió a sentir ese revoloteo de emociones, pero no te confundas. Entusiasmarse por recibir mensajes no es lo mismo que amar. Eso es pasajero, porque al final, siempre te vuelve a ver a ti. Al hombre que parece tenerle miedo al compromiso, al que no mueve ni un dedo por ella. Pensándolo bien, si te marchas tal vez es la oportunidad para que en verdad encuentre su felicidad.
Sin embargo, si decides quedarte, si tomas la decisión genuina de volver a empezar y te das cuenta de que es la mujer con la que quieres estar. Entonces, por favor, pon de tu parte, ámala como se merece, porque una mujer que ama y se siente amada, jamás será infiel.
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