Mírate, con el ego hasta el cielo, tienes el cinismo de regocijarte en el dolor de un alma que un día te lo dio todo. Amar es sinónimo de honestidad y tú hasta la fecha no tienes ni la menor idea de lo que se trata, no sabes porque es para valientes, para los que no huyen de sus emociones. Para los que no van saltando de cama en cama rompiendo corazones. Ya está bien de reírte de la mujer que te ha amado de verdad.
No te equivoques, ella sabía tus mentiras, en realidad nunca la engañaste por completo, pero tenía la esperanza de que cambiaras y te dieras cuenta de que quería construir una vida entera a tu lado. Qué valor el tuyo, la viste hecha pedazos, una lágrima tras otra y no pudiste limpiar una sola. Sí, quizás fue su culpa pensar que podías quererla, pero no porque sea ilusa, porque te adornó demasiado. Sin todo su amor y energía no hubieras significado nada, ella fue la que te hizo ver especial.
Una mujer que te ha amado de verdad
Sé que creíste que este tira y afloja duraría más, porque la sentiste segura. No creíste que llegaría el día en el que ella decidiera arrancar la página, aunque se enfrentó a los mil demonios que le decían que no podía dejarte. Ella descubrió que no era sano, que su bienestar está por encima de un amor mediocre, contradictorio, sobre todo, inmaduro. Entendió que amar no es padecer, que cuando el lazo es real la calma se hace presente y tú lo único que le provocaste fue un dolor de cabeza constante.
Vamos, no te preocupes, en su corazón no hay espacio para el odio, ni siquiera te mereces un poco de su rencor, porque el huracán que le causaste en sus sentimientos le ha dado la lección de su vida y ya no va a permitir que alguien vuelva a tratarla con la punta del pie. Ya está, decidió vestirse de autoestima, de un montón de dignidad y de esas ganas locas de cerrarte la puerta en la cara el día que decidas volver. Porque sabe lo que harás, llegará el momento en el que entiendas que un amor como el de ella no se encuentra de nuevo ni aunque beses mil labios más.
Ya basta de reírte… Ya está bien de reírte de una mujer que te ha amado de verdad, alguien te lo tiene que decir y no me duele ni un poco hacerlo. Hay tres razones por las que ella ganó. Bendito el día que saliste de su vida porque no merece estar con alguien egoísta, un hombre que no sabe qué hacer con su soledad y tiene que refugiarse en una mujer para que le solucione la vida. ¿Sabes por qué se fue? Te amaba con locura, pero se fue porque se dio cuenta de que entre más tiempo pasaba a tu lado menos se quería.
La segunda razón es que se libró de tu lado posesivo, controlador y egocéntrico. En el momento que se quitó la venda de los ojos, entendió que sólo la querías como un trofeo, para verla de vez en cuando e ignorarla el resto del tiempo. Fue tu herida narcisista la que se aferró, no la podías soltar, ni querías que nadie más la amara. ¿Te das cuenta de lo vacío que puedes estar para llegar a pensar así? Son tus temores los que gritan que necesitas ayuda, porque te las has pasado lastimando a gente buena.
Y la tercera razón me encanta. Porque es la que rompe con tu apariencia de que lo puedes todo. Esa mujer que te ha amado de verdad alcanzó la gloria al dejarte ir, porque tu falta de madurez se te nota en cada poro. Te gusta que te den atención, pero no sabes dar amor y ella no está aquí para salvarte, la perdiste y no es de las que da segundas oportunidades.
Una mujer que te ha amado de verdad y se te fue de las manos. Te borró de su vida, porque hieres, limitas, enfermas. Ella ya no va a tolerar tanto dolor ni tampoco será la víctima. Te dio jaque mate y ni siquiera lo viste venir.
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